jueves, 14 de febrero de 2013

Carta nº4: Homenaje a Ángel González

Reconozco, no sin cierta vergüenza, que la primera vez que cayó en mis manos un libro de Ángel González yo no tenía ni idea de quién era. Me sonaba su nombre por el Premio Príncipe de Asturias, por la RAE, por...no lo sé. Pero llegó "Lecciones de cosas y otros poemas" y ya no he podido separarme de él (ni del libro, ni de Ángel).

Es uno de esos poetas cuyos versos resuenan como un eco, que te vienen a la cabeza en muchas ocasiones. Cuántas veces he pensado bajando del tranvía que me llevaba a la facultad que "Amo el campus universitario, sin cabras,con muchachas que pax, pacem en latín", que "Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, haría un ser exacto a ti; lo probaría (a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir: con la boca)"  y muchos más. Quizás menos conocidos son estos poemas, de un corte más filosófico, pero que siempre nos dejan una media sonrisa cómplice.

GLOSAS A HERÁCLITO

  Nadie se baña dos veces en el mismo río.
Excepto los muy pobres.


Los más dialécticos, los multimillonarios:
nunca se bañan dos veces en el mismo
traje de baño.

(Traducción al chino)
Nadie se mete dos veces en el mismo lío.
(Excepto los marxistas-leninistas)

(Interpretación del pesimista)
Nada es lo mismo, nada
permanece.
                            Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre, se repiten




Y sin duda mi preferido:
 Dijo:
Comed, este es mi cuerpo.
Bebed, esta es mi sangre
  Y se llenó su entorno por millares
         de hienas,
         de vampiros

Ángel González es de esos poetas que uno siente que conoce tanto como si fuesen el vecino de enfrente, el amigo de siempre con el que se intercambian tiempo y pensamientos. Y cuando además la lectura es compartida, Ángel está en aquel libro que nos regalaron (A todo amor), en aquel verso que nos escribieron (Cuando es invierno en el Mar del Norte, es verano en Valparaíso). Por eso aquel triste día en que sentada en el sillón de mi casa escuché que había muerto, sentí una pena profunda (nunca me había pasado con un desconocido) y corrí a llamar a un par de amigos, no sé ni porqué, para consolorme/nos, supongo.



Para los/las que nunca hayais leído a este autor os invito, os aconsejo, on conmino a que lo hagáis...no sabéis lo que os estáis perdiendo. Una poesía sencilla, pura, directa, de la que te habla más allá de las palabras. De la que se disfruta leyendo y releyendo hasta que amarillean las páginas del libro. Hoy San Valentín, es un día perfecto para empezar...

Creo en ti. Eres. Me basta.

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